https://www.laverdad.es/murcia/nunca-constancia-20190505020026-ntvo.html?fbclid=IwAR3LT8qna_bw1-lilfD4ODBS9OYb0yUZDV9D36OVKgZrIGA3DZekRt5HY4A
Ese artículo recoge el lado de los abogados penalistas del que no suele hacerse eco en la sociedad.
El Derecho Penal es mi especialidad, mis conocidos lo saben y por eso, periódicamente, recibo de ellos algún comentario del estilo “¿cómo puedes defender a fulano/mengano?” o “yo nunca defendería a un traficante”, etc, etc, etc…
La opinión pública, erróneamente, parte de la presunción de culpabilidad de los investigados por delito, que deriva a su vez de la presunción de veracidad de la información que reciben de los medios de comunicación, quienes a menudo dan por cierto informaciones que los responsables de las investigaciones filtran, a sabiendas de que constituyen un elemento de presión para jueces y fiscales.
Pero en la práctica es inquietante la frialdad y falta de estómago de ciertas autoridades a las que no les tiembla el pulso a la hora de detener, ordenar ingresos en prisión provisional o condenar, sin motivos de responsabilidad ni pruebas suficientes. Atendiendo, muchas veces, a razones e intereses extra-jurídicos.
Hay más casos como el de la noticia, aunque no todos se publican. Yo mismo tuve ocasión de participar en la defensa de un acusado que llegó a permanecer dos años en prisión provisional, para ser finalmente absuelto, en una sentencia que reconoció el error de la Administración de Justicia.
Es un trabajo duro, el del abogado penalista, pero es mucho más limpio de lo que muchos creen o cuentan.